La Doctrina de la Salvación del alma

Entender lo que se necesita para salvar una alma del infierno es lo más importante que hay en el mundo. Después de recibir la salvación, la comprensión de la “vida nueva” de uno es vital. Esta lección está diseñada para enseñarte los fundamentos del “nuevo” nacimiento.

El Plan de Dios para Salvación. (según la Santa Biblia)

  1. Para ser salvo, uno tiene que saber que es pecador.

    Todos somos pecadores desde nuestro nacimiento. El pecado entró al mundo entero cuando Adán y Eva pecaron contra Dios.

    -“Porque yo reconozco mis rebeliones; y mi pecado está siempre delante de mí…

    -“…He aquí, en maldad he sido formado, y en lacado me concibió mi madre.” Salmos 51:3,5

    -“por cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios;” Romanos 3:23

    -“Como está escrito: No hay justo, ni aun uno.” Romanos 3:10

    -“Mas la Escritura encerró todo bajo pecado, para que la promesa por la fe de Jesucristo, fuese dada a los que creen.” Gálatas 3:22

    • ¡Las consecuencias de una persona que peca es “LA MUERTE”! Esto no sólo significa una muerte física, sino también una muerte espiritual en el lago de fuego.

      -“Porque la paga del pecado es muerte…” Romanos 6:23

      -“Mas los temerosos e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras, y todos los mentirosos, tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda.” Apocalipsis 21:8

      -“Y la muerte y el infierno fueron lanzados en el lago de fuego. Ésta es la muerte segunda. Y el que no fue hallado escrito en el libro de la vida fue lanzado en el lago de fuego.” Apocalipsis 20:14-15

  2. Para ser salvo, uno debe darse cuenta que no puede salvarse a si mismo.

    Ni la religión humana, ni las buenas obras, ni las riquezas pueden salvar a nuestras almas. Solo Jesucristo puede salvarnos y darnos vida eterna.

    -“Porque por gracia (el favor inmerecido de Dios) sois salvos por medio de la fe, y esto no de vosotros; pues es don de Dios; no por obras para que nadie se gloríe.” Efesios 2:8-9

    -“Pero al que no obra, pero cree en Aquél que justifica al impío, su fe es contada por justicia. Como David también describe la bienaventuranza del hombre a quien Dios atribuye justicia sin obras, diciendo: Bienaventurados aquellos cuyas iniquidades son perdonadas, y cuyos pecados son cubiertos. Bienaventurados el varón a quien el Señor no imputará pecado… Y que le fue imputado, no fue escrito solamente por causa de él, sino también por nosotros, a quienes será imputado, esto es, a los que creemos en el que levantó de los muertos a Jesús nuestro Señor; el cual fue entregado por nuestros transgresiones, y resucitado para nuestra justificación.” Romanos 4:5-8, 23-25

  3. Para ser salvo, uno debe arrepentirse del pecado y creer en el evangelio de Jesucristo. Cuando uno se arrepiente tiene que “cambiar su mentalidad” sobre la dirección a donde se dirigen su alma (al infierno) y se aflige sobre su pecado, queriendo que sea removido. El arrepentimiento es volverse a Dios DEL pecado, lo que significa que el arrepentimiento ocurre al mismo tiempo que uno “cree” en el Evangelio. (Marcos 1:15, “diciendo: El tiempo se ha cumplido, y el reino de Dios se ha acercado; arrepentíos, y creed en el evangelio.”)

    Jesucristo desea salvarnos de nuestros pecados y de la perdición en el infierno. El quiere que todos estén en la gloria con él para siempre.

    -“…arrepentimiento para con Dios, y la fe en nuestro Señor Jesucristo.” Hechos 20:21

    -“…que se arrepientan y se convierten a Dios.” Hechos 26:20

    -“…el fundamento del arrepentimiento de obras muertas, y de la fe en Dios.” Hebreos 6:1

    -“El Señor no tarda su promesa, como algunos la tienen por tardanza; sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos vengan al arrepentimiento.” 2 Pedro 3:9

    -“según Dios produce arrepentimiento para salvación…” 2 Corintios 7:10

    -“…antes si no os arrepentís, todos pereceréis igualmente.” Lucas 13:3

“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna.”

“Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él.” Juan 3:16,17

“que si confesares con tu boca que Jesús es el Señor, y creyeres en tu corazón que Dios le levantó de los muertos, serás salvo.” Romanos 10:9

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